viernes, 20 de enero de 2012

Los domingos por el fútbol me abandonas, por Cameron Tucker.

El Ruso y yo estamos en crisis. Eso es una verdad incuestionable. Nuestros modus vivendi nos separan a pasos agigantados.
Creo que está picado conmigo. Resulta que, en las últimas dos semanas, yo he tenido que modificar la fecha de nuestras citas (eso sí, con un tiempo de antelación respetable y siguiendo las normas del protocolo) por motivos que, a él, le parecen un poco peregrinos: ir al ballet y a cenar con mis hermanas Wallace y Emmett. Y parece que al chico no le ha parecido bien. O eso o es que pasa de mi culo. Y cualquiera de las dos opciones es un drama.
Pues bien, el miércoles salía del trabajo (una jornada de trece horas de corrección de exámenes y trabajos de mis queridos alumnos) y me disponía a montarme en el coche para irle a recoger cuando, por las buenas, me llama.

El Ruso: Cameronnnn... ¿qué pasa...? (Él siempre habla como con puntos suspensivos... probablemente es una consecuencia de su adicción a la marihuana).
Cameron Tucker: Poca cosa... Aquí, saliendo del trabajo y deseando verte. En quince minutos estoy en tu casa. (Sí, puede que quedase, un poco, de ansiosa y de cachondona)
E. R.: Mira... Eh que... (El Ruso nunca termina del todo una frase) Semabía orvidao que eshta noche... Que ehta noche... Era er partío... Y había quedao con unoh colegah pa'vel-lo...
C. T.: ¡Ah! (Hundido y chafado, pero intentando mantener la dignidad) ¿De fútbol? (Yo que sé... podría ser de otra cosa... De Volley, por ejemplo). 
E.R.: Aro... El Partido (Lo dijo como con mayúsculas)
C.T.: ¡Ah! Y eso... ¿dura mucho? ¿quedamos después?
E.R.: Eh que... dehpué ya noh tomaremoh argo y noh fumaremoh argún porrillo... (Yo creo que esto lo dijo para disuadirme de autoinvitarme)
C.T.: Ah... bueno pues... ya nos vemos otro día, ¿no? (Nunca termino de estar seguro de lo que El Ruso quiere decir o quiere hacer)
E.R.: Aro, Aro... (Significa "Sí, por supuesto", creo)
C.T.: Pues... ¡que gane el mejor! (Mi inexperiencia en lo relativo a conversaciones deportivas es más que evidente)
E.R.: (Silencio pensativo) Sí... Un abrazo. 
Y me colgó.

No es que yo quisiera que me invitara. No es que yo quisiera pasar la velada con un grupo de postadolescentes eruptadores dueños de perros asesinos. No es que yo quisiera pasar el resto de la velada intentando inspirar volutas de oxígeno entre humo pestilente... Pero tampoco habría estado tan mal que me invitase, ¿verdad? Pues eso es lo que digo yo...

Aunque si tengo que ver, por primera vez en mi vida, un partido de fútbol en la tele no estaría mal hacerlo primero en privado para que se me explicasen las reglas básicas y tal, antes de acudir a un evento público de esta naturaleza y avergonzar a nadie.

Esta semana hace cuatro meses que... "yacimos juntos" por primera vez. Y seguimos viviendo en mundos distantes, paralelos y sin lugares o personas comunes. Y, además, acabo de descubrir que incluso nuestros calendarios de festivos son diferentes. Ya me podía yo haber ligado a una mariquita cualquiera que santificase los mismos días que yo: oraciones vespertinas la noche de Eurovisión, enarbolamiento de bandera a finales de junio, etcétera, etcétera. No, yo me tenía que pillar por un postadolescente con abdominales y genes siberianos, sin oficio ni beneficio y con adicción a los perros de razas mortales, los vehículos de motor y las drogas blandas. Un show.

Si es que, hijos míos, yo me lo guiso, yo me lo como. Yo solito soy el que se busca los problemas. Si cuando todo esto acabe me veis llorando, tenéis permiso para abofetearme.

5 comentarios:

  1. No te quepa duda de que te abofetearé.
    Si te hubiese invitado a ver el fútbol habría sido muy raro y te habrías quedado atónita. Hubiese sido una presentación en sociedad y eso, Cameron, sólo se hace con los novios...

    Emmett.

    ResponderEliminar
  2. Ya está la agorera destrozailusiones dando bofetadas de realidad, la cabrona.

    Cameron.

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  4. Pero que irresistible estaba Marlon en "Un Tranvía llamado Deseo"... MEOOOOOOWWWWW!!!! Nos ha puesto en celo, pero eso se soluciona con un Black Label Weekend ¿donde? En Showbitch Magazine.

    http://www.showbitch.net/

    ResponderEliminar
  5. ¿Quién podría culparte? Van metiéndose de a poco en tu vida (por más que trates de convencerte de que es sólo sexo) y cuando te diste cuenta, ¡sonaste! Ya no podés vivir sin ellos. Y lo peor viene después, cuando nos aferramos a cualquier excusa con la esperanza de poder salvar ese “amor” y hacemos cosas que, siendo nosotros en estado normal, jamás haríamos. Decime a mí que toqué no sé cuántos nuevos fondos con un “No me arrepiento de NADA!” en los labios y en el corazón. Bueno, ahora sí me arrepiento un poco pero ya en vano llorar sobre la leche derramada. ¡Abrazos!

    ResponderEliminar