Como ya ha comentado Wallace, estos días hemos hecho una visita a uno de mis mejores amigos, que se está tomando un retiro forzado en la casa de sus padres, en un pequeño lugar dejado de la mano de Dios a dos horas de distancia de Woodsboro.
Durante todo el camino de ida intenté advertir a Wallace de lo que allí nos íbamos a encontrar: una especie de chabola llena de humedades y escombros en mitad de una carretera desierta; una madre de 50 que físicamente aparenta 70 pero mentalmente sólo 10 y que está, a todas miras, loca del coño; y una pequeña perra del demonio. Efectivamente, lo primero que pasó nada más llegar fue que la perra me mordió sin venir a qué y la madre empezó a defenderla diciendo que “su hijita” es muy buena y que no me había mordido…
La noche de ayer fue una completa locura… Después de unas tapas, vino dulce y copas, nos fuimos bastante contentillos a un concierto que tenía a todos como locos pero que a mí me la traía al fresco más bien. Ni siquiera el cantante de la banda, nuevo sex symbol del panorama modernillo actual, me llamaba la atención…
Al final el grupo bien, mucho baile y mucho macho… Una vez terminó el concierto mi amigo, enamorado hasta las trancas del cantante, se le acopló toda la noche y pasó de nosotros como de la mierda. Wallace y yo estuvimos bailando con las chicas y hasta con un miembro de la banda que nos tenía a las dos loquitas… Mientras nosotras nos manteníamos contentillas pero elegantes y justamente contenidas, el resto no paraba de beber cerveza como hooligans. Total, todos ciegos.
Una acabó enrollándose con uno del grupo que a mí también me ponía mucho (me ponían los 5, para qué negarlo). Otra no paraba de acosar al cantante y acoplarse en todas las fotos junto a él a pesar de saber perfectamente que era marica. Nuestro amigo dividía su tiempo entre el cantante, al que también acosaba pero de manera más disimulada, y su ex novio y por muchos años enemigo acérrimo, mientras el novio actual se daba besitos con un camarero de padre y muy señor mío (hetero). Después del intento de agresión del novio actual al ex-novio a grito de “¡¡EN MI PUEBLO NO!!”, nos empezamos a dar cuenta de lo borrachos que iban todos y de que teníamos que tomar medidas.
Cogimos a la parejita problemática, que había estado toda la noche a caballo entre los gritos de odio y el besuqueo amoroso (como siempre) y nos los llevamos para casa, no sin antes forzar a uno de ellos a vomitar mientras el otro le metía los dedos. Desde el coche podíamos escuchar el sonido del vómito mezclado con llanto y con un “te quiero mucho bebé”.
Al llegar a casa, como era de esperar, liaron la gorda. Uno estaba casi inconsciente y no podía más que tirarse a la cama, mientras el otro, que estaba convencido de que estaba sobrio, no paraba de acusar a su novio de que había bebido mucho y le amenazaba con irse. Wallace y yo nos dábamos codazos debajo del edredón aguantándonos la risa…
La tontería de estos dos nos mantuvo cerca de una hora despiertos innecesariamente, que sumado a la hora de adelanto con la que sonó el despertador de uno de ellos, hicieron un total de 3 putas horas de sueño…
Wallace y yo nos levantamos, desayunamos una Coca Cola y un vaso de leche respectivamente y recogimos nuestras mochilas, que la madre loca había colocado estratégicamente justo al lado de la escupidera del abuelo, bien cargadita de orines…