Como tenía dos días libres lié a Emmett para irnos en su coche a un pueblecito a las afueras de Woodsboro, pues los Miss Caffeina tocaban allí y podíamos aprovechar para visitar además a un nutrido grupo de putitas y maricones que tenemos por amigos viviendo en el pueblo.
No recordaba yo lo que bebían esos animales.
En un momento ya entrada la madrugada miré a mi alrededor y vi: al camarero del pub dándole picos a uno de nuestros amigos mientras su novio sonreía y le abrazaba por detrás y un colega hetero azuzaba al trío gritando histérico. Una de nuestras amigas le metía cuello a un miembro de la banda y otra acosaba al resto. El enemigo número uno de nuestro anfitrión en el pueblo aparecía, no sólo en el concierto, sino también en el pub acompañado por un gremlin enano y orejón y era objeto de amenazas y una especie de puñetazo-caricia por parte del chico que recibía picos en la barra. Una amiga bollera intentaba superar una ruptura harto dolorosa desgastando las teclas de su móvil sin parar, y otra daba tumbos tratando de aceptar que su novio estaba obsesionado con ella. Un cuadro de Chewaka en traje de corbata presidía la entrada a los baños.
Tengo un moratón en el costado por cada codazo que Emmett me daba para avisarme de que algo interesante estaba pasando.
No se os puede dejar solas, ladies...
ResponderEliminarCameron.