viernes, 13 de enero de 2012

Mal augurio, por Cameron Tucker.

Enero ha empezado de pena (de pene, que diría Emmett). Eran varias las señales que me llevaban a pensar que este mes no iba a ser brillante... pero yo las he ido ignorando hasta hoy. Y lo malo de enero es que sienta precedente y se puede convertir en anticipo del resto del año.
Esta es la lista de acontecimientos que me hacen pensar que, tal vez, este año no ha empezado con el mejor pie:

- De la Nochevieja recuerdo dos cosas: que sólo pude comerme 8 uvas y que me sentaron mal.
- Nada más poner el pie en mi trabajo después de Reyes me encontré a mi jefa de frente. Exclamé: "¡¡¡¡¡Feliz año!!!!!" como si se me fuese la vida en ello. Ella me miró de arriba a abajo, levantó el labio y, mientras se iba, murmuró: "Ah... buenos días...".
- Fui a las rebajas de Zara Home y ya no había ni rastro de un precioso marquito de foto de madera envejecida y color rosa palo al que le había echado el ojo hacía un mes, y para el que ya tenía ubicación prevista en mi casa.
- Creo que en 2012 soy menos listo que en 2011: me pasé tres días encerrado en casa para hacer un informe que, en circunstancias normales, habría tardado 24 horas.
- En mis propósitos de Año Nuevo juré y perjuré que me pondría a dieta estricta y bajarías muchísimos kilos a partir del 9 de enero... Hoy es trece. ¿Vosotros me habéis visto comiéndome una manzana? Pues yo tampoco.
- Y hoy, cuando salía de fnac con el regalo de cumpleaños de Emmett recién comprado y me dirigía primero al cine a ver "La dama de hierro" y después a la celebración oficial de la onomástica de mi amiga y compañera de fatigas, voy y, mientras maniobro, me como un extintor colgado de una columna y mi luna trasera salta en mil pedazos. Lo que se traduce en una cancelación de todos los planes, una humillante vuelta a casa en un coche pseudodescapotable que iba dejando un rastro de cristalitos por la carretera y una factura de 160 euros. Total, un drama.

Y es que la culpa la tengo yo. He empezado con mala pata por no haber cerrado de forma apropiada todas las cosas relativas al 2011: y no sólo me refiero al cerro de 150 exámenes y otros tantos trabajos sin corregir que tengo de mis alumnos del máster desde diciembre... Me refiero a otras cosas, más suculentas y truculentas, que no estoy llevando con la madurez e integridad que me caracterizan... Y es que, por mucho que yo sea un gran jugador en diversos asuntos de la vida, en lo referente al amor sigo siendo un torpe principiante. 

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